Mi primera vez en Inglaterra (II)

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Como os prometí la semana pasada, esta semana toca hablaros de mi experiencia en la Universidad de Leeds. La próxima semana os hablaré de los bares y pubs de Leeds.

Mi contacto con la Universidad de Leeds se debe a que, como ya os comenté, mi novia está realizando una estancia en esta Universidad y por lo tanto mientras ella trabajaba yo también lo hacía a distancia desde las instalaciones de la misma.

Para llegar a la universidad de Leeds teníamos que andar unos 20 minutos. Era un camino divertido. La primera parte andábamos por calles residenciales de todo tipo donde se podía ver la completa multiculturalidad de la sociedad inglesa y donde me hacía especial gracia un puesto de fast food llamado “Popina´s” que estaba lleno a la hora de comer con una suculenta carta mezcla de kebab, pizza, hamburguesas y, por supuesto, el clásico “english breakfast” con sus judías, huevos fritos, salchichas, bacon y algún tomate o champiñón.

La segunda del parte del camino transcurría por un parque de inmensas praderas donde los ingleses a lo poco que sale un rayo de sol, salen como setas. No era difícil ver todos los días partidos de fútbol improvisados, personas haciendo crossfit, ensayando coreografías… El uso de los espacios públicos es algo que debemos aprender de los ingleses, no así de la recogida de basuras por parta de los usuarios del parque.

Al llegar a la universidad en primer lugar me llamó la atención la espectacular dualidad que existen entre los edificios del campus, donde el estilo tradicional al más puro estilo british se mezcla con edificios modernos y funcionales. La Universidad de Leeds tiene una animada vida estudiantil. Existen grupos y colectivos de todo tipo para fomentar la participación de los estudiantes en la vida universitaria. Sin duda, los más interesante son los huertos colectivos que existen en el campus en esta época del año están espectaculares, llenos de fresas y frambuesas donde los estudiantes interesados pueden participar en su cuidado y cualquier estudiante puede recoger los productos siempre que sea para su propio consumo.

Otra cosa que me llamó la atención y que hizo que me alegrara de no tener que visitar Leeds en invierno fueron los dispensadores de sal que se pueden encontrar en las entradas de los edificios, ¡que frío debe hacer en Leeds!

Pero sin duda, lo que más me llamó la atención fueron las galas de graduación que se celebraron durante la semana que estuve asistiendo a diario. Desde la nueve de la mañana, cientos de estudiantes pasaban a recoger su toga por las instalaciones para, unas horas después, dar comienzo el acto de graduación al más puro estilo “Hollywood”. Era tal la importancia del acto que se retransmitía en streaming en todas las pantallas del campus. Este acto me permitió ver tanto la moda masculina hay que reconocer que los ingleses tienen estilo como la moda femenina. Esta última es sin duda mucho más llamativa en comparación con la española, predominando los vestidos extremadamente ceñidos, cortos, coloridos y por supuesto con unos tacones de infarto que ponían en peligro constante la integridad física de las inglesas, sobre todo una vez finalizado el acto donde los estudiantes y sus familias celebraban el día con una copa de champán mejor dicho una botella, a 9 libras cada copa, una jarra de Pims o una pinta de cerveza.

A pesar de que la Universidad cuenta con conexión WiFi en todo el campus, decidí que iba a trabajar desde el “Leeds University Union”, un edificio en el que los estudiantes disponen de salas de juegos, puestos de comida, supermercado, bares de fiesta y hasta un tradicional pub inglés. Era el mejor espacio para poder analizar la “fauna” universitaria.

Me sorprendió la cantidad de estudiantes asiáticos que estudian inglés en la Universidad de Leeds, con ellos compartía la hora de la comida. Existe una importante diferencia cultural entre países con el tema la “comida o lunch”. Los asiáticos prefieren sus tuppers de arroz y curry, mientras que los estudiantes ingleses prefieren el pack del supermercado de tres libras que incluye sándwich ó ensalada + snack + bebida. Como todos sabéis, los ingleses culturalmente llaman a esta comida “lunch”, que si lo comparas con nuestras comidas de España, resulta no ser tan copiosa. Algunos españoles como yo no entendemos cómo no mueren de hambre tan solo con esa comida.

La sala desde la que trabajaba era un punto de reunión de estudiantes o en algunas ocasiones un buen espacio para echar un cabezada no fueron uno ni dos los estudiantes que se quedaban dormidos en sus sillones, ponerse a ensayar una coreografía de break dance o discutir de los novedades del mercado Premier. Un lugar la mar de curioso con un ambiente universitario muy distendido.

El próximo jueves os sigo contando mis aventuras en Leeds, un destino que recomiendo para todo el que quiera aprender inglés y sumergirse en la cultura británica.

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